<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d14948182\x26blogName\x3dZAPADA\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://zapada.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://zapada.blogspot.com/\x26vt\x3d-9095108103859376345', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe", messageHandlersFilter: gapi.iframes.CROSS_ORIGIN_IFRAMES_FILTER, messageHandlers: { 'blogger-ping': function() {} } }); } }); </script>

... HOY SE PUEDE LEVANTAR LA SEXTA COPA ... !



septiembre 03, 2005

Primero elegí un título, y después leé.

Título 1: En nombre del Padre
Título 2: El que nace para pito nunca llega a corneta

Notando la desolación en la heladera, y ante la aproximación del fin de semana, decido ir al súper a comprar provisiones.
Me pongo en marcha pensando "estaría bueno comprar cositas para hacer una picada como le gustaba al viejo y solíamos comer los domingos... bueno, dale."
Ya en el súper paso al lado de un stand de cubiertos que se venden por unidad, todos plateados brillantísimos. Ya en el pasado me había detenido allí a admirar unas cucharas soperas que eran tan hermosas como baratas, y que no compré por no necesitarlas. Pero esta vez agarré una, la contemplé embelesada, agarré otra más para que se hagan compañía, y las puse en el carrito.
Llego a la caja. Subo todo a la cinta transportadora y muevo el carrito hacia la salida. Empiezo a llenar bolsas a medida que la cajera va pasando todo por el lector ése. Cuando voy a poner dos bolsas en el carro, veo que las bellas cucharas habían quedado allí, mimetizadas con el plateado circundante. Titubeé medio segundo, para decidirme a... robarlas (para qué echar mano de algún eufemismo?)
Mientras me encaminaba al auto, contenta como perro con dos colas, pensé varias cosas:
1) No olvidarme de poner las cucharas en alguna de las bolsas.
2) Vaya por los kilos de cosas que todos los demás se comen en el súper sin pagarlas, y que valen más que esas dos cucharas.
3) No es excusa. Si robaste, hacete cargo. Esto es: disfrutalo, o bien sentite miserable, ruin y culpable y volvé a la caja a pagar las cucharas.
4) Qué increíble que a mi edad todavía necesite desafiar la Ley del Padre. Evidentemente hay cosas de las que uno no se libra nunca.
5) Ahora ya sé cómo ir robándome de a poco el juego completo de cubiertos. Joya.
6) Viejo, no parezco hija tuya.
Llego a casa e inmediatamente reparo en el hecho de que nunca puse las cucharas en las bolsas...
Pasado el estupor, me tuve que reír. Luego me puse a preparar una picadita como las que comíamos con el viejo.

|

Feedbacks:

Chorra, vos tu vieja y tu papá / guarda, cuídense porque anda suelta / si los cacha los da vuelta / no les da tiempo a rajar.

No, pará Charna, no te pongás chiva que no te lo estoy diciendo a vos, pichona, solamente estaba cantando un tanguito...cosas de domingo a la tarde, nada más m'hijita...

 




Publicar un comentario



<< Home


Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com