Pequeño Ensayo y Gran Patente
El (?) es la reacción de nuestra sensatez(?) a la posible fruta propia.
El (?) no es una pregunta, ni una duda. Si lo fuera, escribiría “El (?) es la reacción de nuestra ¿sensatez? a la posible fruta propia.”
Por ejemplo, acá mismo, cuando ensayo la definición del (?), inmediatamente salta una chispa con forma de (?) después de escribir “sensatez”, como queriendo expresar cierto desconcierto(?) de mi… [sensatez(?)] respecto del término elegido(?) ( “sensatez”.
Y mientras explico esto vuelve a saltar la chispa cuando escribo, muy suelta de cuerpo, las palabras “desconcierto” y “elegido”. Todas posibles frutas, que en el lenguaje hablado, dada su velocidad, pasarían probablemente inadvertidas, dando lugar a toda clase de equívocos y –por qué no decirlo- estupideces mayúsculas, propias y ajenas. Ventajas de la escritura.
Ahora bien, hay otra clase de desconcierto(?), que hace su aparición en el instante mágico que transcurre entre la sensación de haber pergeñado algo y la cristalización de ese algo puesto en palabras. Y yo lo patento en este glorioso momento. Es el (¿).
Es maravilloso, freeshare, (¿)ideológicamente latino y llave para la penetración cultural en el mundo anglosajón, que deberá latinizarse para hacer uso de este signo.
Los lectores de este blog son testigos de un momento histórico: la creación de un SIGNO. Y recuerden: Charna lo hizo.
(Dejame que te diga que es muy grosa la sensación de inventar un signo.)
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El (?) no es una pregunta, ni una duda. Si lo fuera, escribiría “El (?) es la reacción de nuestra ¿sensatez? a la posible fruta propia.”
Por ejemplo, acá mismo, cuando ensayo la definición del (?), inmediatamente salta una chispa con forma de (?) después de escribir “sensatez”, como queriendo expresar cierto desconcierto(?) de mi… [sensatez(?)] respecto del término elegido(?) ( “sensatez”.
Y mientras explico esto vuelve a saltar la chispa cuando escribo, muy suelta de cuerpo, las palabras “desconcierto” y “elegido”. Todas posibles frutas, que en el lenguaje hablado, dada su velocidad, pasarían probablemente inadvertidas, dando lugar a toda clase de equívocos y –por qué no decirlo- estupideces mayúsculas, propias y ajenas. Ventajas de la escritura.
Ahora bien, hay otra clase de desconcierto(?), que hace su aparición en el instante mágico que transcurre entre la sensación de haber pergeñado algo y la cristalización de ese algo puesto en palabras. Y yo lo patento en este glorioso momento. Es el (¿).
Es maravilloso, freeshare, (¿)ideológicamente latino y llave para la penetración cultural en el mundo anglosajón, que deberá latinizarse para hacer uso de este signo.
Los lectores de este blog son testigos de un momento histórico: la creación de un SIGNO. Y recuerden: Charna lo hizo.
(Dejame que te diga que es muy grosa la sensación de inventar un signo.)