Madonna tiene la particularidad de imprimirle a cada uno de sus discos un sello particular y distintivo, que además concuerda con el momento personal de su vida que la estrella transita cuando los compone. Exceptuando un poco la primera época ochentosa (que me parece natural), cada uno de sus CDs tiene en sí un estilo muy parejo, pero totalmente distinto al anterior y al siguiente. Así, por citar ejemplos, "Ray of light" es un disco que a mí me resulta frío pero profundísimo (de hecho, es mi favorito) y relacionado con el nacimiento de su primera hija Lourdes, "Music" explora fuertemente la influencia de la música electrónica, "Erotica" es un disco que mezcla lo hot con el sufrimiento bajo de una mujer de mala vida (que coincidió con la época cumbre de los escándalos por la edición de su libro "Sex" de fotos desnuda), "American Life" tiene temas que en su mayoría hablan acerca de la felicidad de haber encontrado al hombre de su vida y de haber formado una familia y tranquilizarse ... y así.
Hace unos días me sumergí en la adicción total del nuevo disco de Madonna: "Confessions on the dancefloor". La diva lo vuelve a hacer. Cuando pensaste que ya no podía reinventarse, ella te sigue sorprendiendo. Otro disco parejo en estilo, y distinto. Otra exploración distinta dentro de lo electrónico pero (a mi entender) de mucho nivel, mezclado con las influencias de lo medio-oriental debido a su reciente incursión en la Kabalah.
No es para todos, pero al que le guste o se anime, que lo escuche. A mí me encantó.