El ladrillo de Kahn
Louis Kahn fue un gran arquitecto, y entre muchas otras cosas, dijo esto:
…Cuando querés darle presencia a algo, tenés que consultar a la naturaleza. Y ahí es cuando entra el diseño.
Y si pensás en Ladrillo, por ejemplo, y le decís a Ladrillo
“Vos qué querés, Ladrillo?”,
Ladrillo te dice “Querría un arco.”
Y si le decís “Mirá, los arcos son muy caros, y yo podría hacerlos más fácil en hormigón. Qué te parece, Ladrillo?”,
Ladrillo te dice “Querría un arco.”
Qué quiere un pantalón de tiro bajo?
Un trasero masculino.
Y en qué pensaba el que lo concibió para una mujer?
A lo mejor pensaba en la feminidad imperturbable de una mujer en una camisa de hombre siempre demasiado holgada, y por eso mismo, feminidad exacerbada.
Por eso, nena, cuando te vas a comprar un pantalón de tiro bajo, no te olvides lo que él quiere. No intentes ajustarlo a tus nalgas ni a tus caderas, porque lo desmerecés y te desmerecés. Tu trasero tiene que poder deslizarse en él como tu torso en una camisa masculina.
Y si no te importa qué es lo que el pantalón quiere, tal vez te importe saber qué es lo que tu trasero quiere. Qué quiere? Preguntale, y después salí a comprar el pantalón.
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…Cuando querés darle presencia a algo, tenés que consultar a la naturaleza. Y ahí es cuando entra el diseño.
Y si pensás en Ladrillo, por ejemplo, y le decís a Ladrillo
“Vos qué querés, Ladrillo?”,
Ladrillo te dice “Querría un arco.”
Y si le decís “Mirá, los arcos son muy caros, y yo podría hacerlos más fácil en hormigón. Qué te parece, Ladrillo?”,
Ladrillo te dice “Querría un arco.”
Qué quiere un pantalón de tiro bajo?
Un trasero masculino.
Y en qué pensaba el que lo concibió para una mujer?
A lo mejor pensaba en la feminidad imperturbable de una mujer en una camisa de hombre siempre demasiado holgada, y por eso mismo, feminidad exacerbada.
Por eso, nena, cuando te vas a comprar un pantalón de tiro bajo, no te olvides lo que él quiere. No intentes ajustarlo a tus nalgas ni a tus caderas, porque lo desmerecés y te desmerecés. Tu trasero tiene que poder deslizarse en él como tu torso en una camisa masculina.
Y si no te importa qué es lo que el pantalón quiere, tal vez te importe saber qué es lo que tu trasero quiere. Qué quiere? Preguntale, y después salí a comprar el pantalón.