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... HOY SE PUEDE LEVANTAR LA SEXTA COPA ... !



abril 14, 2006

Yo me amo (?)

No sé cómo surgió esta disquisición mía, pero me puse a pensar que no siempre que admiramos y/o envidiamos a alguien, de tener la oportunidad, estaríamos dispuestos a cambiar lugares con ese alguien.
Madonna, por ejemplo. Siempre dije que la admiraba. Pero en una segunda mirada, me cambiaria por ella? Y… no. Ni loca andaría por la vida inventándome un personaje, un look, o un discurso para seguir estando arriba. Ni loca viviría en un gimnasio ni pendiente del espejo. Ni rodeada de un aparato tan complicado de placer. (Tal es el apego que uno tiene con su yo.)
Claro, una tiende a pensar que si una fuera Madonna, no caería en esas cosas. Pero entonces, no sería Madonna.
Y entonces, qué es lo que admiro de ella? Que siempre (aparentemente) hace lo que se le canta; y le va bien. Y que tiene un cuerpo increíble. Entonces seria más propio decir que lo que admiro es la inteligencia y los millones de Madonna, que son lo que le permite hacer lo que se le canta. Hasta con su cuerpo.
Bueno, pero todo este asunto tiene otro costado: aquellas cosas de uno mismo a las que no renunciaría, ni siquiera para ser Madonna. Y ahí aparece la parte narcisista, que es saludable en su justa medida, y sirve para re-evaluar-nos, y apuntalarnos con lo que tenemos de bueno.
Sí, por supuesto que debe haber algún personaje por el que nos cambiaríamos sin pensarlo dos veces... O NO? Y…no sé; en este momento no se me ocurre ninguno. Pero es un buen ejercicio.
Creo que, en definitiva, uno admira cualidades, no personas. Y que, por sobre todas las cosas, uno se ama a sí mismo más que a nada en el mundo, salvo a los hijos, que en realidad son, en este sentido, un acto narcisista. O sea…

(en cuanto a mí, quiero seguir siendo Charna, con los millones de Madonna. Allá vamos.)

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Feedbacks:

Una vez, hace un par de años, escuché a Dolina discutir exactamente de este mismo tema, llegando a exactamente las mismas conclusiones.
Las palabras de él fueron que en realidad a nadie le gustaría SER otra persona, sino que le gustaría ser uno mismo, con las oportunidades de otra persona. Él hacía la comparación con un pianista, y decía que le gustaría tener la habilidad de ese pianista y las oportunidades, pero siendo él, no siendo otra persona.

Al fin y al cabo, si fuéramos otra persona, no seríamos nosotros mismos.
Y en mi opinión entonces somos otras personas, somos todas las personas, y somos nosotros.

 


Claro, pero por eso no hay que confundir las cosas y tomar al verbo "admirar" simplemente como lo que es. Admirar no implica "querer ser" el otro ni intercambiar lugares.
Uno puede admirar a Gandhi por todo lo que hizo, pero la verdad es que si me preguntan no me gustaría tener que luchar y sacrificarme tanto... se entiende?
Bueno, idem con el ejemplo de Madonna o cualquier otro ejemplo.

 


"Ni loca andaría por la vida inventándome un personaje, un look, o un discurso para seguir estando arriba"...claro, y por eso te investaste un personaje ( Charna ) y un discurso para estar siempre abajo.

Yo daría cualquier cosa por ser Cachito.

 


Yo creo que la palabra es envidia más que admiración. Tomando la acepción de la RAE a saber: Ver, contemplar o considerar con estima o agrado especiales a alguien o algo que llaman la atención por cualidades juzgadas como extraordinarias., queda solo la envidia. cosa que comparto sanamente contigo.
Dejo la admiración, como sentimiento noble e inspirador, para otros.
Lo importante, me parece, es no tanto querer ser otro - cosa que pocos en realidad desean verdaderamente como bien lo decís- sino que la cosa admirada incite a la emulación en uno mismo de esas cualidades juzgadas como extraordinarias.
(Ya casi escribo como el joven Werther, puaj)

 


Blacky, te está pasando como a Borghi: Qué gran jugador habría sido si no se hubiera empecinado siempre con un caño o una marianela de más.
Cortita y al pie, Blacky...no falla.
Y ahora, decí la verdad: te encantaría ser Cachito...

 




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